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Cómo emprender en cinco sencillos pasos

Todos conocemos historias de emprendedores que triunfan de un día para otro, pero ¿cómo se consigue realmente? Aunque cueste creerlo, puedes conseguirlo sin dinero y también si eres joven.

No podemos asegurarte que acabarás en la lista de multimillonarios de la revista Forbes, pero en esta guía encontrarás algunos consejos para trabajar por cuenta propia y ver lo de llevar un negocio de otra forma.

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Emprendedora trabajando en su portátil ya entrada la noche con una taza de café y una hoja de cálculo al lado

Emprender es, obviamente, bastante distinto a tener un horario de oficina. Nadie se hará cargo de tus prestaciones, pero tampoco te exigirá fichar a una hora concreta. Más abajo, hemos preparado una lista de los pasos que han seguido muchos emprendedores de éxito.

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Según la investigación que ha hecho Guidant Financial, una organización que financia start-ups, más de la mitad de los norteamericanos no están satisfechos trabajando en una gran empresa y se plantean emprender.

Guía básica: “emprendedores”, “emprendedores en solitario” y “autónomos”

El mundo de las grandes empresas tiene una jerga muy amplia. Te explicamos las principales diferencias entre los términos que más se usan:

  • Emprendedores en solitario: todo depende de ti. A no ser que contrates a alguien para que te ayude, tendrás que encargarte de todas esas tareas administrativas insufribles. Al no contar con personal, seguramente tengas un margen de beneficio mayor, pero también correrás más riesgos.
  • Emprendedores: es probable que gestiones y delegues muchos más aspectos que alguien que emprende en solitario. Probablemente no tengas que encargarte de tantas tareas aburridas, pero puedes sufrir más presión, y es obvio que tienes a más personas a tu cargo. Emprender implica muchos más momentos cara a cara que en el caso de los autónomos o cuando se emprende en solitario. 
  • Autónomos: esta opción tiene un poco de todo. Muchos autónomos trabajan solos, pero también suelen colaborar con emprendedores o empresas. Es habitual que cobren por hora, día o proyecto, algo que no suelen hacer los emprendedores.

Los pasos básicos para emprender

Emprender puede parecer una idea utópica, pero si la descripción de más arriba te ha convencido, quizás sea lo tuyo. Aviso para principiantes: cada uno de los pasos siguientes requiere mucho esfuerzo, una red de contactos bien trabajada y un gran valor.

Paso 1: La idea inicial

Hay que empezar con una idea que se irá desarrollando. Que no te preocupe empezar poco a poco: Uber nació cuando dos emprendedores, Travis Kalanick y Garrett Camp, se quedaron en la calle una gélida noche de invierno en París porque no encontraban ningún taxi. Under Armour dio sus primeros pasos en 1996, cuando Kevin Plank, exjugador de fútbol americano universitario, se hartó de sudar las camisetas mientras entrenaba.

¿Hay algo que se te dé mejor que al resto? Si tienes quejas de un servicio, piensa en cómo podrías mejorarlo si lo hicieras tú. Es como si Ray Kroc viera una hamburguesería muy eficiente y montara una franquicia (¿te suena McDonald's?).

Para la idea, ten en cuenta lo siguiente:

  • Competencia: si hay demasiada, quizás te cueste diferenciarte en el mercado; si hay muy poca, puede que tu idea no sea tan viable como piensas. Aquí tienes algunas ideas de negocio que te ayudarán a empezar.
  • Urgencia: ¿tu idea satisface una necesidad imperiosa? ¿Puedes hacerla realidad a tiempo? Está bien que tengas muchas ideas de negocio, pero prioriza las más urgentes.

Paso 2: Probar la idea

Emprendedora probando un prototipo de su idea de producto en el taller de casa

Es posible que la idea que has tenido sobre un robot de afeitado acabe siendo un desastre. Por eso es tan importante que pruebes cualquier idea, producto, servicio o cosa que ofrezcas. Esto también es una parte fundamental de metodologías empresariales como DMAIC y PDCA. Las pruebas te permitirán hacer evolucionar y perfeccionar tu idea, lo que te ayudará a evitar problemas prácticos más adelante.

Ten esto presente:

  • El objetivo: conseguir que los clientes potenciales validen la idea, lo que te ayudará a corregir pequeños problemas, aportar datos valiosos y empezar a generar demanda.
  • La recompensa: con las pruebas ahorras dinero a largo plazo, ya que dispones de tiempo para implementar mejoras antes de que la idea crezca. Piensa que los problemas posteriores al lanzamiento son mucho más caros de solucionar.

Esta fase es una oportunidad excelente porque puedes hacer cambios o ajustes en tu idea en un entorno relativamente sin riesgos, además de recopilar datos cruciales.

Paso 3: Planificar el negocio y trazar la estrategia

Ahora que tu producto funciona bien y gusta, es el momento de planificar el modelo de negocio y la estructura de la empresa. No es tan terrible como parece; la planificación solo consiste en decidir qué hará la empresa y cómo será.

Ten en cuenta estos aspectos:

  • ¿Qué demanda hay en el mercado? A los inversores no les interesará tu idea si no tiene una buena demanda. Intenta convertir a los participantes de las pruebas iniciales en embajadores de tus productos.
  • Contrata a alguien que sepa de finanzas: un plan de negocio no es más que una estrategia de crecimiento. Te recomendamos que cuentes con ayuda experta para conocer el estado financiero y entender todos los detalles antes de empezar con las presentaciones.

Esta fase debería llenarte de energía y prepararte para tu próxima misión: presentarte a los inversores.

Emprendedora presentando su negocio a inversores para conseguir fondos

Paso 4: Conseguir los fondos

Cuando tengas una idea y una estrategia, podrás empezar a buscar capital que te ayude a ponerte en marcha y a crecer.

Si has ido por libre hasta ahora, asociarte con alguien puede ser una muy buena decisión. Los cofundadores pueden avalarte con sus recursos financieros. A menudo, los inversores prefieren las propuestas que tienen a varias personas detrás.

Hagas lo que hagas, necesitarás dinero. Los emprendedores suelen conseguir fondos sobre todo de tres fuentes de capital inversión:

  • Inversores providenciales: personas con dinero —y, a menudo, experiencia en un sector en particular— que están dispuestas a financiar start-ups en frases tempranas.
  • Capitalistas riesgo: inversores privados o empresas de inversiones que aportan capital a cambio de hacer negocios en sectores con un gran potencial de crecimiento; básicamente, invierten en lo que se cree que triunfará.
  • Inversores particulares: amigos, familiares y cualquier persona que pueda invertir en tu empresa con la esperanza de recuperar la inversión —más el interés— una vez que tu negocio empiece a funcionar.

También hay otras opciones, como los préstamos entre particulares, la financiación participativa y múltiples subvenciones regionales y nacionales, así que no te olvides de investigar en tu ámbito geográfico.

Cuando hayas conectado con los inversores, tendrás que hacerles una presentación adecuada. Consulta “Cómo presentar un proyecto a inversores para recaudar fondos (y cerrar el acuerdo)” para conocer esta fase clave de todos los emprendedores. Para la presentación en sí, te recomendamos Dropbox DocSend, ya que te ofrece unos análisis con los que podrás ver en qué momento los inversores potenciales consultan tus archivos. Esta información te ayudará muchísimo a calmar los nervios.

Paso 5: Crecer y adaptarse

Enhorabuena por haberlo conseguido, pero recuerda que un comienzo solo es un comienzo, así que sigue esforzándote. Para crecer hay que continuar triunfando, y eso puede venir de donde no te lo esperas. Por ejemplo, es cierto que el servicio de entrega de DVD de Netflix fue lo primero que hizo la empresa, pero solo hay que ver en qué se ha convertido.

Ten esto presente:

  • Sigue aprendiendo: céntrate en seguir aprendiendo de tus datos y equipo. Invierte los fondos en contratar a personas con experiencia y habilidades variadas.
  • Ten paciencia: no la pierdas, siempre dentro de unos límites razonables. Puedes tardar en empezar a crecer, por lo que te animamos a no rendirte (y quizás a tener un trabajo secundario).

La palabra “emprendedor” viene del francés “entreprendre” (emprender). Aunque tengas muy claro lo que debes hacer para emprender, puede que te siga pareciendo algo muy serio. La verdad es que lo es, pero, con las herramientas adecuadas y una actitud positiva, lo conseguirás.