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¿Qué son los emprendedores en solitario?

El auge de las empresas unipersonales ha revolucionado el modelo de start-up tradicional. ¿Qué son los emprendedores en solitario y en qué se diferencian de otros emprendedores más tradicionales? Te lo explicamos en esta guía introductoria.

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Emprendedora en solitario gestionando su negocio de fotografía.

Es bien sabido que, en el mundo de los negocios, se usan muchos términos curiosos. Tanto si has creado un “unicornio” en el ámbito del capital de riesgo como si tienes una start-up especializada en software como servicio (SaaS), hay un término fijado para casi cualquier cosa.

Una expresión que está cogiendo fuerza y que quizás no te suene es “emprendedores en solitario”.

Esta figura —que hace referencia a quienes crean un negocio en solitario— se alimenta de la adopción en todo el mundo del trabajo híbrido y la mentalidad de emprender a toda costa. Actualmente, está ganando importancia y redefiniendo el concepto de “start-up”.

En este artículo introductorio veremos qué son los emprendedores en solitario y en qué se diferencian de los emprendedores tradicionales y los autónomos.

 

¿Qué son los emprendedores en solitario?

En pocas palabras, los emprendedores en solitario son personas que montan un negocio con ellas mismas como única mano de obra.

Son los propietarios y el personal de su negocio al mismo tiempo. Se encargan de organizar la empresa, gestionarla y asumir los riesgos que puedan surgir sin la ayuda de socios.

Ahora quizás te preguntes en qué se diferencian de los emprendedores tradicionales o de cualquier otra start-up. Está claro que todos los emprendedores son individuos que empiezan en solitario. Entonces, ¿no serían todos emprendedores en solitario? No del todo.

Veamos en detalle las características únicas de los emprendedores en solitario.

Ilustración de una persona haciendo malabares con muchas cosas al mismo tiempo; simboliza la vida cotidiana de los emprendedores en solitario y los emprendedores tradicionales.

Diferencias entre emprendedores en solitario y emprendedores tradicionales

Aunque existen similitudes evidentes entre ambos términos, lo cierto es que en la práctica son muy diferentes.

Al igual que con muchos términos empresariales, es difícil establecer definiciones exactas, y puede que estas varíen según la fuente. Dicho esto, las definiciones siguientes son las más aceptadas:

Emprendedores en solitario Emprendedores tradicionales
Se encargan de todo el negocio. Gestionan el negocio y delegan tareas.
Se centran en un solo tipo de negocio. Buscan nuevas formas de ampliar su oferta comercial.
No tienen que dedicar mucho tiempo a la logística. Dedican mucho tiempo a tomar decisiones.
Corren menos riesgos financieros. Deben tener en cuenta las nóminas, las ventajas de los empleados y los impuestos.

Tal como acabamos de ver, las diferencias van más allá del día a día, ya que también afectan a la visión general, el rumbo y los objetivos del negocio.

Después de este resumen a nivel general, creemos que comparar las diferencias clave de forma más detallada es interesante y nos ayuda a ver las características únicas de los emprendedores en solitario.

Los emprendedores en solitario se encargan de todo, los emprendedores tradicionales gestionan y delegan.

Los emprendedores en solitario son los fundadores y empleados de su empresa. Con esto no queremos decir que no puedan —o quieran— trabajar y colaborar con otras personas, pero no contratarán a nadie a jornada completa.

Los emprendedores en solitario pueden colaborar con autónomos o contratistas para, por ejemplo, encargarles determinadas tareas o llegar a los plazos de entrega durante los meses de más trabajo. Sin embargo, esto no será el funcionamiento habitual del negocio, que además no dependerá de estas personas para ofrecer sus servicios básicos.

Por otra parte, los emprendedores tradicionales pueden haber fundado una empresa por su cuenta, pero, normalmente, —y tras cierto tiempo— querrán crecer, dedicarse a la gestión y delegar responsabilidades en otras personas.

Ninguna opción es mejor que la otra. Sencillamente, son diferentes formas de enfocar un negocio. Por ejemplo, los emprendedores en solitario pueden organizan su trabajo más fácilmente porque no tienen compañeros de equipo, pero deben encargarse de preparar y gestionar estrategias de seguridad informática sin ayuda. Por el contrario, es posible que los emprendedores tradicionales dispongan de un equipo que se encargue de la seguridad informática, pero tendrán que prestar más atención a cómo optimizar la gestión de archivos y la colaboración.

Los emprendedores tradicionales se centran en hacer crecer su negocio, mientras que los emprendedores en solitario solo tienen un objetivo.

Una diferencia importante entre estas dos figuras está relacionada con el objetivo último del negocio.

Los emprendedores tradicionales suelen buscar que su negocio crezca para poder venderlo en un futuro. Se considera que, en su caso, la expansión es una señal de éxito.

Para los emprendedores en solitario, el crecimiento no es prioritario. Ven su negocio como un proyecto personal que les apasiona, llena y permite ganarse la vida. No necesitan pensar en qué harán después.

Por ejemplo, los emprendedores tradicionales pueden montar un único restaurante con una inversión contenida. Después de un tiempo, habrán elaborado una estrategia de crecimiento para que el negocio se expanda y crezca, abriendo otros locales, tras alcanzar ciertos objetivos. Esperan terminar vendiendo su cadena de restaurantes a unos inversores para ponerse a trabajar en otras ideas que ya están tomando forma en su mente.

En cambio, los emprendedores en solitario deciden, por ejemplo, montar un negocio de fotografía por su cuenta. Empezaron viéndolo como una afición, pero ahora ganan suficiente dinero con ello como para tener estabilidad y disfrutar de las ventajas y la flexibilidad que aporta el trabajo por cuenta propia. Su prioridad no es construir un imperio de la fotografía, sino que solo quieren poder trabajar con sus propias condiciones y que el modelo de negocio sea viable.

Los emprendedores tradicionales dedican mucho tiempo a tomar decisiones; los emprendedores en solitario, no.

Como se centran en el crecimiento, los emprendedores tradicionales tienen que tomar constantemente decisiones muy importantes para su negocio. Los riesgos que asumen al emprender cuentan con muchas más variables, y cada una de ellas conlleva implicaciones que deben tenerse en cuenta antes de tomar una decisión.

Si hubieran montado una agencia de marketing y, por ejemplo, quisieran expandirse, posiblemente tendrían que pensar en cómo hacerlo. Esto podría implicar buscar más espacio de oficina o adoptar un modelo de trabajo híbrido. En el caso de que algún miembro del equipo trabajara en remoto, también es posible que tuvieran que buscar la forma de que el equipo pudiera rendir al máximo desde cualquier lugar.

Por otro lado, los emprendedores en solitario toman decisiones de una forma más directa y personal. Imaginemos que una persona que se dedica en solitario a la consultoría para marcas trabaja desde casa y, de vez en cuando, en un espacio de trabajo colaborativo. Como es la única persona que trabaja en la empresa, no tendrá que pensar en la cultura de trabajo, los requisitos de espacio ni otros factores.

Los emprendedores en solitario se enfrentan a menos riesgos financieros, mientras que los emprendedores tradicionales tienen que pensar en nóminas, prestaciones e impuestos.

Al igual que ocurre con las decisiones, las finanzas son menos complicadas para los emprendedores en solitario.

Los emprendedores tradicionales se enfrentan a un sinfín de factores financieros: las nóminas, las prestaciones, los impuestos, etc. Tampoco hay que olvidar que tienen que disponer de un almacenamiento de archivos adecuado si quieren que todo el mundo pueda acceder a los documentos financieros cuando sea necesario.

Por mucho que los emprendedores en solitario también tengan que pensar en la planificación, la gestión fiscal y otras tareas relacionadas con las finanzas, en su caso son mucho más simples porque solo implican a una persona.

Emprendedor en solitario trabajando desde la parte trasera de un vehículo recreativo y gestionando su negocio en remoto.

¿Un autónomo es un emprendedor en solitario?

Depende de a quién le peguntemos.

Resulta evidente que el concepto “emprendedores en solitario”, una expresión relativamente nueva, comparte ciertos aspectos con el colectivo de los autónomos, pero no hay una opinión unánime al respecto.

Para algunas personas, los autónomos solo lo son hasta que su negocio alcanza determinado tamaño. En ese punto, pasan a ser emprendedores en solitario. El motivo es que se considera que los emprendedores en solitario gestionan un negocio, mientras que los autónomos quedan relegados a contratistas con una cartera de clientes reducida.

Sin embargo, si consultamos la definición que hemos dado más arriba, vemos que los emprendedores en solitario son personas que montan y gestionan su negocio sin ayuda. Si los autónomos encajan en esta definición, pueden —y deben— considerarse emprendedores en solitario.

Seguramente se pueda simplificar de esta manera: algunos autónomos son emprendedores en solitario. Veamos un ejemplo. Pensemos en un diseñador gráfico. Es un autónomo que trabaja regularmente y a jornada completa para una decena de clientes. ¿Se considera un emprendedor en solitario? Seguramente sí.

En última instancia, estos matices y definiciones no deberían encasillar a nadie ni a ningún negocio. La idea es que sean una simple guía para comprender los objetivos —y, por tanto, las estrategias— de un emprendimiento.

Ideas para emprendedores en solitario

Si las posibilidades de emprender en solitario te han animado, pero necesitas inspiración para saber por dónde empezar, no busques más.

A continuación, te ofrecemos cuatro modelos de emprendimiento en solitario habituales que puedes probar.

Montar un negocio de comercio electrónico

Los negocios de comercio electrónico se basan en vender productos de consumo por Internet.

Son una muy buena opción para emprendedores en solitario, ya que no es necesario disponer de un local. Esto hace que se necesite menos personal, como el que atendería al público. Además, es posible automatizar una gran parte de la actividad y los procesos comerciales, por lo que no hay que procesar manualmente todos los pedidos que llegan.

Una figura del comercio electrónico que aúna muy bien la mentalidad de los emprendedores en solitario es la de los intermediarios. Si no has oído hablar de este perfil, debes saber que es un nuevo modelo de venta electrónica. Consiste en que el vendedor no guarda productos en un almacén, sino que se los pide al fabricante según va recibiendo pedidos.

Gracias a este sistema, se puede montar un negocio de comercio electrónico viable con unos gastos muy reducidos. Esto permite prestar menos atención a las operaciones del negocio y centrarse en gestionar el catálogo de productos y darse a conocer.

Probar como autónomo/a

Tal como hemos explicado más arriba, la frontera entre los autónomos y los emprendedores en solitario es un poco difusa.

Normalmente, cuando hablamos de autónomos, nos referimos a perfiles que se dedican a ayudar a empresas con tareas relacionadas de algún modo con el diseño, el desarrollo o la producción. Los autónomos pueden ser escritores, diseñadores gráficos, compositores musicales o cualquier tipo de profesional que colabore puntualmente con empresas.

Si quieres encontrar un perfil autónomo que se adapte a ti, piensa en lo que te apasiona y las habilidades que tienes. ¿Escribes con soltura? Te puede interesar la redacción publicitaria. ¿Tienes años de experiencia trabajando en un lenguaje de programación en particular? Podrías ofrecer tus servicios como desarrollador autónomo.

Si las empresas buscan una habilidad que dominas y están dispuestas a pagarte por ello, significa que estás ante una oportunidad de emprender en solitario.

En el trabajo autónomo, conviene recordar que se forma parte de un equipo, por lo que es importante poder demostrar que se puede compartir contenido y colaborar de forma eficiente con los compañeros de equipo. Si te han subcontratado como editor de vídeo, por ejemplo, tendrás que asegurarte de que puedes recibir comentarios sobre ediciones de vídeos sin que se interrumpa el flujo de trabajo.

Valorar la consultoría y la orientación

No todo tiene que ser entregar trabajos a las empresas.

Si eres especialista en tu campo y ofreces la combinación adecuada de experiencia y confianza, la consultoría y la orientación pueden ser buenas opciones.

Aquí se trata menos de producir siguiendo unas especificaciones y más de aportar conocimientos y experiencia sobre un campo determinado para ayudar a las empresas a tomar mejores decisiones.

Imagina que dominas la identidad de marca y la estrategia de diseño. Podrías valerte de tu experiencia para establecerte como consultor de marca y emprender en solitario. Ayudarías a las empresas a identificar sus problemas para llegar al público y los cambios necesarios.

Ingresos pasivos

La última opción que hay que tener en cuenta son los ingresos pasivos.

En resumen, los ingresos pasivos son ingresos constantes que se generan con muy poco o ningún esfuerzo.

Los ejemplos típicos de ingresos pasivos son los que se generan con las inversiones, las regalías de trabajos creativos o con los alquileres de inmuebles.

Sin embargo, en el mundo en constante evolución de los trabajos secundarios y con el auge de la automatización, hay más oportunidades para generar ingresos pasivos que nunca. Podrías desarrollar una aplicación, empezar a vender fotos de stock o crear una tienda de impresión a la carta. Como ves, hay muchísimas oportunidades.

Emprendedora en solitario gestionando su negocio cómodamente desde casa.

Trabaja en solitario, pero nunca sin ayuda

Es posible que te encargues de todos los aspectos de tu negocio, pero siempre necesitarás un lugar en el que reunir tu trabajo, tus clientes y a ti mismo.

Dropbox se ha diseñado para que tu día a día sea lo más colaborativo posible. Da igual si trabajas en solitario, colaboras en un proyecto o quieres invitar a los clientes a un espacio para que opinen sobre el trabajo que les has entregado: Dropbox tiene la función adecuada.

Compartir archivos y almacenar contenido en la nube de forma segura y sencilla son solo el principio. Verás cuando tengas que colaborar en tiempo real con personas que están muy lejos o recibir comentarios y notas en directo sobre el último proyecto de vídeo del que te encargaste. Incluso podrás configurar una copia de seguridad automática del ordenador que te salvará si ocurre lo peor y tienes que restaurar tus archivos.

Descubre un espacio para todo tu trabajo.

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