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¿Qué es un disco duro?

Te contamos todo lo que necesitas saber sobre los discos duros, cómo funcionan, sus limitaciones y cómo ahorrar espacio.

Diferentes tipos de archivos que se pueden guardar en un disco duro

Los discos duros a examen

Un disco duro es un hardware que se utiliza para almacenar datos y contenido digital en ordenadores. Todos los ordenadores tienen un disco duro interno, pero también existen discos duros externos que sirven para ampliar el almacenamiento de un ordenador. A continuación, veremos los diferentes tipos de discos duros, así como sus ventajas y desventajas.

Tipos de almacenamiento secundario

Todos los ordenadores necesitan unidades que almacenen datos a largo plazo, a las cuales se les conoce como almacenamiento secundario. En contraste, la memoria RAM (Random Access Memory) es el almacenamiento primario.

En términos generales, el almacenamiento secundario suele materializarse de dos maneras: en discos duros (HDD) y en unidades de estado sólido (SSD). Hay quien se refiere a las SSD como un tipo de disco duro, lo cual no es del todo preciso. A continuación explicaremos la diferencia entre un HDD y una SSD.

¿Qué es un disco duro?

El tipo de disco duro más tradicional es el HDD.

Las unidades de disco duro están formadas por discos magnetizados —conocidos como platos— que giran rápidamente, normalmente entre 5400 y 15 000 r. p. m. Cuanto más rápido gire el disco magnético, más rápido podrá el ordenador acceder a la información que contiene.

Los datos digitales vienen en forma de código binario, una serie de unos y ceros que pueden representar todo tipo de información. Los cabezales de lectura/escritura de un disco duro se utilizan para introducir estos unos y ceros magnetizando fragmentos del plato. Cada pequeño fragmento de la bandeja alberga un bit, que será igual a 1 o a 0. El cabezal puede detectar el magnetismo de cada fragmento y "leer" la información, además de "escribirla", cambiando la magnetización de los bits de un plato.

Cada vez que se produzca un cambio, como ocurre al guardar o eliminar un archivo, el cabezal del disco duro ajustará el magnetismo del plato. Podríamos decir que es como un tocadiscos, donde el disco de vinilo es el plato que contiene la información y el brazo de la aguja son los cabezales que la escanean.

Como los datos se almacenan magnéticamente, los HDD son dispositivos no volátiles, es decir, que conservan los datos incluso cuando el ordenador está apagado.

Hoy en día, los HDD internos pueden alcanzar una capacidad máxima de 20 TB. Desde la aparición de las SSD, las unidades de disco duro apenas se utilizan como almacenamiento secundario de un ordenador, pero siguen siendo fiables como opción de almacenamiento externo.

¿Qué es una SSD?

Las SSD (unidades de estado sólido) son el tipo de disco duro más reciente. Se han convertido en el formato más habitual para los discos duros internos de los ordenadores portátiles de alta gama, y todos los smartphones y tablets también incluyen este tipo una forma de SSD.

Las unidades de estado sólido utilizan memoria flash, que también está presente en las unidades flash USB y en las tarjetas de memoria de las cámaras digitales. En este caso no se incluyen imanes, ya que las SSD emplean semiconductores que almacenan datos alterando el estado eléctrico de los trillones de circuitos contenidos en la SSD. Como no tienen piezas móviles, no solo funcionan más rápido (ya que no necesita esperar a que los discos giren y los cabezales recopilen información), sino que también suelen durar más que los discos duros.

Las SSD resultan mucho más costosas de fabricar, por lo que, aunque cobren protagonismo como unidad de disco principal en portátiles y PC de alta gama, los discos duros siguen siendo la opción elegida por muchos como una alternativa externa más asequible.

Una breve historia de los discos duros

Después de experimentar con la cinta magnética como medio para almacenar datos, en 1956, un equipo de IBM dirigido por Reynold B. Johnson diseñó el primer disco duro comercial.

Descubrieron que era posible almacenar datos en discos metálicos magnetizados que podían sobrescribirse con nueva información, lo que llevó a la construcción del primer sistema de discos duros, conocido como RAMAC (Random Access Method of Accounting and Control, en inglés).

El disco duro original era del tamaño de dos frigoríficos, con un total de 50 platos de 24 pulgadas que giraban a 1200 r. p. m. A pesar de su tamaño, el RAMAC tenía una capacidad de almacenamiento de solo 5 MB —aproximadamente el tamaño de una imagen— y, a pesar de su escasa capacidad, costaba aproximadamente 10 000 $ por megabyte.

Los RAMAC se alojaron en centros de datos de IBM hasta que la compañía lanzó el almacenamiento extraíble en la década de 1960. La unidad de almacenamiento de discos IBM 1311 de 1962 contenía 2,6 MB en seis platos de 14 pulgadas y ocupaba, aproximadamente, el tamaño de un lavavajillas.

Los ordenadores personales de sobremesa surgieron en los años 70 y, al mismo tiempo, IBM desarrollaba los primeros disquetes. Estos hicieron su aparición en 1971 convirtiéndose en el primer disco magnético que resultaba fácil de transportar. Podría decirse que fueron los primeros discos duros externos. Los disquetes se convirtieron en el estándar de almacenamiento de discos hasta que los CD grabables y las memorias USB se impusieron a principios de siglo. El primer disco duro de lectura/escritura para ordenadores personales lo lanzó Memorex en 1972.

En 1980, muchas empresas importantes habían apostado por el mundo de los discos duros, y la unidad ST-506 de Shugart Technology se convirtió en el disco duro más compacto disponible en ese momento, de 5,25 pulgadas y 5 MB de capacidad. IBM, por su parte, lanzó el IBM 3380, que fue el primer disco duro en ofrecer 1 GB de almacenamiento.

En 1983, Rodime lanzó el RO352, el primer disco duro de 3,5 pulgadas, con dos platos y una capacidad de 10 MB. Los discos duros de 3,5 pulgadas pronto se convertirían en el estándar para los ordenadores de escritorio, y todavía se usan hoy en día (los de los portátiles son de 2,5 pulgadas).

Fue en los años 80 cuando empezaron a tomar forma los discos duros externos que conocemos en la actualidad y, con el tiempo, a medida que el tamaño físico de los discos duros externos se reducía, la capacidad del disco duro aumentaba.

¿Qué hace un disco duro?

En pocas palabras, un disco duro almacena datos. En un ordenador, esto incluye todas tus fotos, vídeos, música, documentos y aplicaciones. Y, más allá de eso, el código para el sistema operativo, los marcos y los controladores de tu ordenador también se almacenan en discos duros. La capacidad de estos se mide en megabytes (MB), gigabytes (GB) y terabytes (TB).

La RAM (memoria de acceso aleatorio) es diferente, ya que se trata de un almacenamiento temporal del ordenador que requiere electricidad para almacenar datos, lo que la hace volátil. Es decir, solo es capaz de almacenar datos cuando el ordenador está encendido. La RAM no se utiliza para datos personales, solo para datos del ordenador. Y, por su parte, este necesita memoria para funcionar sin problemas y poder pasar de una tarea a otra o de una aplicación a otra sin interrupciones. Si los clasificamos, la RAM es almacenamiento primario y los discos duros y la SSD son almacenamiento secundario.

Un disco duro es un dispositivo de almacenamiento necesario para conservar tus archivos y datos a largo plazo. Cuando almacenas un archivo en tu ordenador, lo guardas en el disco duro, el cual podría considerarse un archivador para tus archivos digitales.

¿Qué es un disco duro externo?

Un disco duro externo es un disco duro que no está integrado en un ordenador. Son dispositivos portátiles que se pueden conectar a cualquier ordenador para acceder a los datos que almacena. Los discos duros internos se conectan directamente a la placa base del ordenador y almacenan los datos del sistema operativo, los marcos de trabajo, los controladores y el software, además de tus archivos. En cambio, los discos duros externos se utilizan principalmente para almacenar archivos personales.

Generalmente, el disco duro de un ordenador se puede quitar y actualizar, pero no es tarea fácil. Por eso, mucha gente suele optar por discos duros externos cuando el espacio empieza a escasear.

Hoy en día, los discos duros externos pueden albergar hasta 20 TB de datos, es decir, más de un millón de veces más de lo que ofrecía el primer disco duro en 1956. Estas capacidades, unidas a lo asequible y portátil que resulta un disco duro externo, lo convirtieron en la mejor solución para aumentar la capacidad de un ordenador. Al menos, hasta la aparición del almacenamiento en la nube .

Desventajas de usar discos duros externos para el almacenamiento

Si los comparamos con la posibilidad de aprovechar la capacidad de almacenamiento interno del ordenador, los discos duros externos son una solución beneficiosa, pero conllevan algunos riesgos y limitaciones que se deberían tener en cuenta.

Al igual que ocurre al usar un disco duro interno, un disco duro externo también entraña el riesgo de perder datos. Los motivos pueden ser muy variados: desde un ataque derivado de software dañino o un virus; a daños naturales y deterioro, como demasiada luz solar o altas temperaturas; o incluso derrame de líquidos, polvo o interferencias de otros campos magnéticos.

Estos dispositivos suelen ser bastante vulnerables a los daños, especialmente si los llevas a todas partes, debido a las numerosas e intrincadas piezas móviles que hacen que un disco duro funcione. Si se daña, es posible que puedas recuperar los datos almacenados en los platos, pero el proceso es complicado y probablemente costoso. En un ordenador, un disco duro es una de las piezas de hardware más frágiles debido a sus piezas móviles.

Además, por lo general, el disco duro no está protegido con contraseña ni cifrado, por lo que, si alguna vez lo pierdes o te lo roban, tu información personal puede verse comprometida fácilmente.

Muchos discos duros externos solo admiten ciertos sistemas operativos o solo son compatibles con el uso de un sistema operativo a la vez. Es posible que tengas un MacBook y un PC con Windows y que tu disco duro no pueda leer ni escribir en ambos dispositivos, lo que puede suponer una molestia si quieres usarlo para transferir archivos de uno a otro. Muchos discos duros deben volver a formatearse —perdiendo así todos los datos— para configurarlos y tener la capacidad de escribir en un sistema operativo diferente.

Almacenamiento en la nube en lugar de discos duros

La llegada del almacenamiento en la nube presentó una solución a las limitaciones y los riesgos de los discos duros, ofreciendo una alternativa de almacenamiento de datos más segura y accesible. Guardar un archivo en la nube significa almacenarlo en línea, donde no ocupará espacio en tu dispositivo.

Con Dropbox, puedes tener hasta 3 TB de almacenamiento en una cuenta personal que puedes usar para casi cualquier tipo de archivo. Además, si eliges un plan Advanced o Enterprise de Dropbox Business, tendrás todo el espacio que necesites .

En lugar de tener que comprar más unidades externas a medida que se llenan, tienes la opción de seguir ampliando tu almacenamiento en la nube sin utilizar ningún espacio físico. Cuando guardas contenido en discos duros externos, puede ser complicado encontrar el archivo que estás buscando. Con el almacenamiento en la nube, todo se centraliza en un solo lugar desde el que puedes buscar y al que puedes acceder fácilmente mediante cualquier dispositivo con conexión a Internet. Los discos duros externos suelen conectarse a los ordenadores a través de USB, lo cual limita el número de dispositivos desde los que se puede acceder. En contraste, el almacenamiento en la nube permite la posibilidad de hacerlo tanto desde ordenadores y portátiles como desde tablets y smartphones. Igualmente, si quieres transferir contenido almacenado en unidades externas a la nube, usa la copia de seguridad de unidades externas; podrás acceder a ellas estés donde estés.

Dropbox utiliza servidores alojados en centros de datos de todo el mundo. Lo bueno es que la nube no puede caerse físicamente ni dañar los archivos que contiene, como pasaría con un disco duro externo, ya que todo está digitalizado y a salvo. Cuando guardas archivos en Dropbox, los guardas en un espacio protegido cifrado que resulta mucho menos vulnerable al robo en comparación con el disco duro tradicional.

Dropbox es una solución segura y versátil para crear copias de seguridad y almacenar archivos, lo que te permite ahorrar espacio de almacenamiento en tu ordenador y evitar los problemas y riesgos que conlleva guardar información importante en discos duros externos.

Evita los riesgos del almacenamiento en el disco duro

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