Descubre cómo tres educadores están usando la tecnología para la educación a distancia, y lo qué están aprendiendo sobre su potencial después de la pandemia.
Mientras el mundo continúa su parón, las perspectivas de la gente sobre qué es y qué no es esencial están evolucionando. ¿Salir a cenar un viernes por la noche? Lo echamos de menos, pero nos las apañaremos. ¿Necesitas un corte de pelo profesional? Nos hemos hecho algún trasquilón, pero volverá a crecer. ¿La pérdida de trabajos y el impacto económico? Catastrófico. Y habrá consecuencias permanentes para mucha gente. No obstante, en conjunto, no se trata de la primera recesión mundial, y no será la última; mejorará a largo plazo.
A diferencia de lidiar con un corte de pelo mal hecho o incluso perder ingresos, no hay forma de recrear los años formativos en la educación de una persona. Solo estás en primaria una vez, aprendiendo la diferencia entre una obsidiana y una roca sedimentaria (con suerte, lo descubriste en una excursión). Laboratorio de biología (primer año de universidad): todos los incidentes con el quemador Bunsen solo ocurren una vez.
La COVID-19 ha cambiado la propia naturaleza de la educación en 2020, cerrando centros educativos para miles de millones de niños, que afectaron al 90 % de la población académica del mundo. Los padres han respondido con esfuerzos de escolarización en casa y los profesores de Primaria y la ESO han intentado mantener el plan de estudios con diferentes grados de eficacia. Una de mis amigas, Laura, profesora de Primaria, me cuenta lo difícil que es tener a los niños enganchados al vídeo. “Solo me quieren enseñar sus juguetes”, comenta.
La pérdida de un semestre educativo o de todo un curso puede parecer incluso peor que un trimestre financiero negativo para una empresa. Y con las posibles reapariciones del virus siendo una incógnita, no está claro durante cuánto tiempo los colegios tendrán que seguir cerrados.
Por ahora, los afortunados que tienen recursos dependen de la tecnología. Aun así, Christina Paxson, presidenta de la Universidad Brown, afirma en The New York Times que no hay un sustituto completo para los “feroces debates intelectuales, que sencillamente son diferentes en Zoom, las oportunidades de investigación en los laboratorios y las bibliotecas de la universidad, y las interacciones personales entre estudiantes con diferentes perspectivas y experiencias vitales”. No obstante, hemos visto que los centros educativos, los educadores y los estudiantes dependen especialmente de la tecnología en estos momentos como complemento a lo que hacen, y esto puede tener consecuencias duraderas mucho más allá del 2020.
Ezio Blasetti es profesor del programa de posgrado en Arquitectura de la Escuela de Diseño Stuart Weitzman de la Universidad de Pensilvania, y actualmente está impartiendo un seminario sobre la forma compuesta computacional. En términos sencillos, sus estudiantes de arquitectura programan robots para construir edificios. En un principio, la clase construía una instalación para la Bienal de Venecia, uno de los eventos de arquitectura de mayor repercusión del mundo, pero ese evento está ahora en pausa mientras Italia se recupera. De cualquier manera, el aprendizaje no se ha detenido: la clase explora tanto las artes como disciplinas muy técnicas de ingeniería y matemáticas.
Desde que la Universidad de Pensilvania cerrara el campus el 11 de marzo, incluido el laboratorio de robótica en el que los alumnos probaban sus fabricaciones varias veces, la clase de Blasetti se ha trasladado virtualmente a Dropbox y Zoom. Las agendas de clase, las tareas y el intercambio de recursos e ideas se realizan en Dropbox Paper.
“Para mí, Dropbox fue absolutamente fundamental para recuperar la clase”, afirma Blasetti. “El potencial va más allá de poner la información en un lugar. Lo usamos para recopilar las muchas ideas que funcionan o que tal vez no funcionan durante el ciclo de un proyecto, y el punto de partida para debatir”.
“Dropbox Paper imita las ventajas de un espacio de trabajo físico”, añade Kevin, estudiante de la Universidad de Pensilvania. “La forma en que se comparte en grupo y se tiene historial de ediciones es muy útil; empiezo a ver la ventaja que ofrece la tecnología. Podemos mejorar nuestros flujos de trabajo, especialmente porque, con frecuencia, trabajamos con archivos de gran tamaño que no se pueden enviar por correo electrónico una y otra vez. Por tanto, es algo que consideramos muy intuitivo y útil”.
Aunque todos estén en lugares diferentes, la clase usa Paper como lugar de encuentro virtual, aunque implique “ver” al profesor más de lo habitual. “La inmediatez parece un cambio muy dramático”, comenta el estudiante James Billingsley. “En cualquier momento, el instructor podría entrar y empezar a participar en el trabajo”.
Billingsley continúa: “Es una nueva forma de relacionarse para la que todavía no hay normas. A veces, por ejemplo, resulta sorprendente estar hablando de forma informal sobre el trabajo con otro alumno y que el profesor entre en escena. Es un entorno a la vez más y menos íntimo que la clase normal, lo que provoca una sensación rara, pero agradable, cuando estamos todos separados”.
“Con la infraestructura adecuada, hay mucho potencial para ampliar y democratizar la educación”. —Ezio Blasetti
Por todas las ventajas y desventajas de la educación distribuida en estos momentos, Blasetti ve potencial para su expansión. “La conversación sobre el privilegio es importante, y sí, muchas personas de todo el mundo no tienen acceso a ordenadores ni a Internet. No obstante, en lugar de decir que eso es algo negativo de la tecnología, creo que deberíamos dar prioridad a aumentar la difusión de la tecnología de forma más económica”.
“Con la infraestructura adecuada, hay mucho potencial para ampliar y democratizar la educación”, comenta Ezio Blasetti. “Se están llevando a cabo experimentos en los que la gente se organiza de forma autónoma para dar clases sin importar de dónde sean, con traducciones en 40 idiomas diferentes. Los profesores ni siquiera saben cuántas personas participan. Cuando piensas en las personas de zonas de guerra que participan en clases online, puedes imaginar un tipo de vida completamente diferente. En realidad, los educadores llevan años hablando de esto, pero ahora que nos enfrentamos a esta pandemia, el concepto se ha vuelto un poco más real”.
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Christina Han, Doctora en Medicina, está frustrada por la desinformación que reciben sus pacientes. Como médica que atiende embarazos de alto riesgo y profesora asociada de la Facultad de Medicina de UCLA, no puede quedarse al margen mientras la confusión y las falsedades sobre la naturaleza de la COVID-19 se propagan por Internet.
“En estos momentos, necesitamos dejar que la ciencia nos guíe, y pensé que era importante compartir la información de manera amplia, eficiente y organizada”. —Christina Han, doctora en Medicina.
La especialidad de Han es la medicina maternofetal, y hace poco creó una carpeta pública de Dropbox con publicaciones, directrices y presentaciones sobre el embarazo durante la pandemia. “Llevo mucho tiempo utilizando Dropbox a nivel personal y profesional”, comenta. “Es la forma más fácil y eficiente de guardar carpetas y documentos actualizados a los que mis compañeros, alumnos en prácticas y pacientes pueden acceder en tiempo real. Nunca pensé que compartiría una carpeta de Dropbox tan públicamente como lo hice, pero fue una forma sencilla de hacer llegar información detallada a las masas”.
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“Como investigadora, médica clínica y defensora de la salud pública, sentí la obligación de compartir los conocimientos científicos en una época en la que las personas están muy preocupadas por su propia salud y la de los que las rodean”, comenta Han. “En estos momentos, necesitamos dejar que la ciencia nos guíe, y pensé que era importante compartir la información de manera amplia, eficiente y organizada”.
La escuela de diseño de RIT es una de las mejores del país, y los diseñadores suelen tener una visión de futuro. Por tanto, quizás no sorprenda que, para Miguel Cardona, profesor adjunto de RIT, un gurú de Dropbox, Slack, Figma y Zoom durante años, la transición a la educación distribuida haya sido relativamente fluida.
“Nuestro departamento considera desde hace tiempo que es importante ser ágil”, dice Miguel Cardona. “Nadie podría haber previsto esta situación, pero afortunadamente ya estamos acostumbrados, gracias a la memoria muscular, a hablar, compartir y colaborar online”.
Miguel Cardona, usuario de Dropbox Paper desde 2016, organiza todos sus horarios de clases, asistencia, tareas de estudiantes, enlaces de archivos de Figma y Dropbox, comentarios sobre proyectos e incluso los emojis favoritos de sus alumnos en Paper. “Es genial tener el archivo de diseño en el mismo lugar que los comentarios, de forma que los alumnos puedan ir punto por punto con el contexto adecuado”.
Le ha resultado especialmente útil en clases más grandes, incluso antes de la pandemia: “En las clases de mayor tamaño, los alumnos no siempre tienen la oportunidad de hacer comentarios verbales, y también tienden a estar más callados en ambientes con más participantes. Con Paper pueden compartir ideas en tiempo real, mientras un alumno hace una presentación”.
Las integraciones de Dropbox con herramientas como Zoom y Slack también han ayudado en la transición. “Durante la COVID-19, ha sido especialmente valioso tener copias de seguridad de las clases de Zoom. Sin saltarme nada, he podido cambiar de un entorno presencial a Internet. Todos los estudiantes ya sabían adónde ir y se sentían preparados y seguros de lo que estaban haciendo”, comenta Cardona.
“Estamos adoptando estos formatos para hacer más accesible el concepto de curso en una época en la que estamos redefiniendo lo que significa realmente un aula”, reafirma Miguel Cardona.
Miguel Cardona también ve beneficios en la educación distribuida que van más allá del distanciamiento social. “Una de las razones por las que utilizo Dropbox Paper en mi aula es para beneficiar a los estudiantes sordos y con problemas de audición. Si estoy haciendo una demostración, me resulta mucho mejor copiar las capturas de pantalla y ponerlas en un documento de Paper con un comentario. Mientras trabajamos en directo, pueden seguirlo y hacer preguntas. “Estamos adoptando estos formatos para hacer más accesible el concepto de curso en una época en la que estamos redefiniendo lo que significa realmente un aula”.
“También tengo estudiantes internacionales, por lo que crear este entorno distribuido ha sido beneficioso para ellos, mientras lidian con la incertidumbre y las implicaciones de volver al campus”, dice Cardona. “Nadie quiere que esta pandemia dure más tiempo. Sin embargo, sí que considero que la necesidad puede generar innovación, y muchos educadores llevan un tiempo buscándola”.
La educación distribuida es imperfecta. Los estudiantes, el profesorado y los padres de todo el mundo seguramente estén deseando que se reanude la escuela, especialmente para los niños pequeños. Ninguno de los docentes anteriores recomendaría la educación distribuida como sustituto a tiempo completo del aprendizaje presencial, para aquellas personas que puedan recibirlo. Ni tampoco sería posible; a pesar de que la tecnología pretende ampliarse, únicamente el 60 % de la población del mundo tiene acceso a Internet.
No obstante, lo que tienen en común estas tres historias es que señalan que su entusiasmo por la tecnología es un deseo de hacer que el conocimiento sea más accesible. En el caos de esta pandemia, los docentes se ven forzados a adoptar nuevos modelos y, conscientemente o no, a pensar en formas de llegar a audiencias más amplias; la diversidad de sus estudiantes actuales se acentúa cuando no están en el mismo lugar físico.
Hoy en día, la educación distribuida está haciendo su mejor imitación del aprendizaje presencial. Y ya ha llegado bastante lejos. Pero también se está probando como modelo a largo plazo para llevar la educación a más personas, independientemente de su ubicación, necesidades o recursos. Estas innovaciones podrían dejar una huella permanente en beneficio de los jóvenes que, incluso después de superar esta pandemia, se enfrentan a problemas persistentes para obtener una educación de calidad.
Si quieres obtener más información sobre el futuro de la educación, regístrate aquí para asistir a nuestro próximo seminario web con Alex Rountree, arquitecto jefe en Dropbox.