Si has decidido convertir tu afición a la fotografía en una profesión, queremos que sepas que puedes ir poco a poco. Para que este cambio sea sencillo, hemos desglosado los pasos necesarios para poner en marcha tu propio negocio de fotografía.
Empezar por lo básico: el porfolio
El porfolio es lo primero que querrá ver un posible cliente y lo que define tu estilo. Piensa en si es la mejor representación de tus habilidades y especializaciones. También debería servir para dar a conocer el tipo de trabajo que quieres hacer en un futuro. Puede que tengas que rebuscar en tu archivo, volver a editar material o incluso repetirlo. Te recomendamos que repases tu porfolio de vez en cuando.
Trazar un plan y seguirlo
Reflexiona sobre cuál va a ser tu especialización y todo lo que conlleva. ¿En qué ámbito destacas? ¿Cómo sería tu día a día? La fotografía de bodas es una elección muy popular entre los fotógrafos a tiempo completo. Es un campo con un buen número de posibles clientes, pero hay que trabajar de noche y los fines de semana. Por su parte, la fotografía inmobiliaria suele tener un horario de trabajo fijo.
Tener un plan de negocio de fotografía no es obligatorio, pero te dará impulso y más posibilidades de éxito. Como mínimo, debería incluir la estructura de negocio, el mercado objetivo, los precios y los objetivos. Después, tendrás que pensar en un nombre comercial. Comprueba que esté disponible en la administración competente, además de como dirección URL y en las redes sociales. Después, consigue el permiso oficial que necesites, compra el nombre de dominio y crea las cuentas de las redes sociales que elijas. Ha llegado el momento de crear un logotipo, un plan de marketing y materiales de marketing como, por ejemplo, tarjetas de visita, publicaciones en las redes sociales y una página web.
También tendrás que proteger tus finanzas personales y el nuevo negocio con un seguro y una cuenta bancaria específicos para este último. Si necesitas renovar equipo importante, disponer de dinero o cubrir otros costes iniciales, podrías pedir un préstamo para empresas.
Invertir en equipo fotográfico
Si quieres especializarte en la fotografía deportiva, tener un objetivo con zoom de alta calidad y con estabilización es muy importante. Por otro lado, para hacer retratos fotográficos, se necesita una cámara de sistema compacto con gran angular. Y, si hablamos de la fotografía de productos, recuerda que deberás tener una caja de luz. Tus necesidades pueden cambiar en función del tipo de fotografía, la especialización y el crecimiento del negocio, pero tener una cámara y un ordenador es suficiente para empezar. Otra opción es alquilar equipo según vayas viendo cómo te va.
Cuando hablamos de equipo, no solo nos referimos a cámaras y objetivos. No podemos olvidar, por ejemplo, el software de edición. Aquí entran tanto Photoshop y Lightroom para editar fotos como el programa de contabilidad con el que llevar un registro y la facturación.
Si no has archivado tus fotos digitalmente, es el momento de que consigas almacenamiento en la nube o amplíes el que ya tengas. El estándar de este sector es guardar los archivos grandes, como las fotos en formato RAW. Subir los archivos a la nube te permite liberar espacio físico en el ordenador y las tarjetas de memoria para la próxima sesión. Además, tendrás todo protegido y actualizado.
Firmar con los clientes y completar proyectos
Antes de hablar del trabajo propiamente dicho, necesitarás un contrato en el que se pongan por escrito lo que se espera del trabajo y los requisitos tanto para ti como para el cliente. Aquí siempre deberían figurar los precios, las fianzas, los plazos y las condiciones de cancelación, entrega y uso. Incluso tienes la opción de que se firme en línea de forma legalmente vinculante.
Una ficha puede ayudarte a preparar el día de la sesión. Apunta el equipo que debas llevarte, la ubicación, los horarios, los plazos, la lista de tomas y cualquier imprevisto. Si la guardas en una carpeta específica de ese trabajo, la tendrás bien organizada y podrás consultarla siempre que lo necesites. Las fotos en formato RAW y las versiones editadas finales también se pueden guardar en esta carpeta.
Cuando llegue el momento de entregar las fotos finales, tendrás que proteger tu trabajo. Puedes establecer una fecha de vencimiento para los enlaces o una contraseña, así como añadir una marca de agua. También es importante que la entrega sea segura y fácil para todos. Con Dropbox Transfer, la persona que vaya a recibir las fotos podrá hacerlo sin tener una cuenta de Dropbox, y tú no tendrás que gastar el espacio disponible de tu cuenta. Además, se enviará una copia para proteger los originales.
Hacer crecer y llevar el negocio
Cuando ya tengas cierto flujo de caja y puedas desarrollar otros aspectos de tu negocio, dedícate a actualizar la página web y las cuentas de redes sociales. Puedes añadir o ampliar estas páginas:
- Preguntas frecuentes
- Precios
- Contratación en línea
- Quién soy/Sobre mí
- Valoraciones/Opiniones
- Porfolio
Las recomendaciones pueden ser muy útiles para hacer crecer tu negocio, pero recuerda que hay otras formas de generar ingresos. La fotografía de stock es una de las opciones más habituales entre los fotógrafos profesionales. Una foto descartada podría convertirse en una fuente de ingresos pasiva.
No es lo mismo poner en marcha un negocio de fotografía que aprender fotografía. Tus habilidades son tan importantes como la manera en la que te organizas, publicitas y ofreces tus servicios. Si combinas todo esto correctamente, verás que puedes ganarte la vida mostrando tu creatividad.