Paso 1: Pregúntate si realmente es una gran decisión
En términos generales, existen dos tipos de decisiones. El tipo 1 es una decisión irreversible que es muy difícil de cambiar o retirar. Por ejemplo: cambiar el nombre tu empresa, renunciar a tu trabajo, discontinuar una línea de productos o hacerte un tatuaje. Las decisiones de tipo 1 a menudo ponen en marcha un cambio permanente, así que encáralas con cuidado.
El tipo 2 es una decisión reversible, como cuándo programar una reunión, qué zapatos comprar, dónde alojarse durante las vacaciones o qué cenar. Las apuestas son bastante bajas, y se pueden retirar. La mayoría de las decisiones caen dentro de esta categoría, aunque no lo parezca.
Esta práctica es para aquellos que deben tomar esas grandes decisiones de Tipo 1. Pero aún puede resultarle útil si una pequeña decisión te está confundiendo.