Por Sally Zhang
Sophia Chang creció en Queens, Nueva York, y adoptó desde temprana edad el estilo de vida en zapatillas.
"La cultura de las zapatillas ni siquiera estaba etiquetada en ese momento, pero estaba profundamente influenciada por la música, las artes y los grafitis de los noventa", dice Chang. "Vemos mucho arte bello a nuestro alrededor, y las zapatillas simplemente se convirtieron en algo hacia donde me dirigí. Además, nunca se sabe cuándo tendrás que correr por un semáforo".
Después de graduarse en la Parsons School of Design con una licenciatura en ilustración, Sophia quería aplicar sus habilidades a una comunidad de nicho que le apasionaba: la cultura de las zapatillas.
En 2019, Sofía conoció a su ahora socia, Romy Samuel, en un evento de moda en Los Ángeles. Cuando Romy mencionó que quería crear un centro para la comunidad internacional de zapatillas para mujeres, Sofía aceptó de inmediato. Ese fue el comienzo de Common Ace, un mercado en línea selecto y centrado en las mujeres y la moda urbana.
"La accesibilidad y la variedad siempre han sido un problema importante para las mujeres que son clientas de la comunidad de zapatillas", dice Sofía. "Me di cuenta de que me encontraba con múltiples pestañas abiertas, me deslizaba y buscaba un calzado que fuera del color que quería, pero luego no encontraba mi número. Me encontraba constantemente con todos estos obstáculos, por lo que quería crear un agregador que nos permitiera encontrar productos de múltiples minoristas en todo el mundo y facultar a la clienta para que pudiera comprar".
La creación de una historia con datos
El primer paso para crear el agregador fue averiguar qué querían y necesitaban realmente las mujeres de la industria de las zapatillas. Sophia y Romy decidieron realizar una encuesta para recopilar datos sobre los hábitos de compra de zapatillas de las mujeres. Y era importante para ellas que no solo se reunieran estos datos, sino que también los compartieran públicamente con su audiencia para ayudar a otros a dar forma al espacio cultural.
"Realmente queríamos causar un efecto dominó en la industria y también alentamos a otras corporaciones a que investigaran más", explica Sofía.
El equipo trabajó en todo, desde la elaboración de la encuesta, la presentación, la obtención de los resultados, el análisis de los resultados y la creación de su historia. Como ilustradora y diseñadora, Sophia convirtió los resultados de la encuesta en entradas visualmente atractivas en las redes sociales. Todo el proceso fue extremadamente cooperativo.
"Como nuestro equipo trabaja a distancia, todos se conectan desde una ciudad diferente y a una zona horaria diferente", dice Sofía. "Dropbox es un gran centro para que podamos trabajar a la vez y compartir archivos sin problemas".
Seis meses después del comienzo del proyecto, el equipo publicó los resultados de la encuesta y fue un momento de gran expectativa, pero también entusiasmo y orgullo. Este es solo el comienzo de su viaje.
"Nos encantaría poder ver un futuro con más creadoras mujeres, así como con partidas de sus productos y diseños en todas las tallas", dice Sofía. “Nos encantaría poder ver más accesibilidad, ya sea si se trata de minoristas físicos tradicionales o plataformas digitales en línea que venden calzados para mujeres. Solo queremos que el acceso sea generalizado".